Qué ver en Alicante: Guía definitiva para una experiencia inolvidable
- Redacción AlicantExplora
- Publicado: julio 17, 2025
- Actualizado: septiembre 16, 2025
¿Andas planeando una escapada a la joya de la Costa Blanca? Alicante te va a sorprender con su luz increíble, un castillo que parece sacado de un cuento y unas callejuelas que huelen a mar y a flores. Pero, claro, con tanto por descubrir, ¿por dónde empezar?
Tranqui. Como buenos enamorados de esta tierra, te hemos preparado esta guía para llevarte de la mano por esos sitios que te roban el corazón, con los trucos y secretos que solo los que pateamos estas calles a diario conocemos. Prepárate, que vas a descubrir mucho más que sol y playa.
El corazón de Alicante: un paseo por el casco histórico
Vamos a empezar por el alma de la ciudad, donde la historia se siente en cada piedra y cada esquina esconde una sorpresa. Es la zona perfecta para empezar a tomarle el pulso a Alicante.
Castillo de Santa Bárbara: el vigilante de la ciudad

No hay primera vez en Alicante sin una subida al castillo de Santa Bárbara. Lo ves desde casi cualquier punto de la ciudad, vigilante, majestuoso, como un centinela de piedra en lo alto del monte Benacantil.
Subir a este castillo es un viaje en el tiempo. Aunque sus orígenes se remontan a la época musulmana del siglo IX, el monte ha estado habitado desde la Edad del Bronce. Lo curioso es que está dividido en tres recintos a diferentes alturas, que son como tres capítulos de su historia. En la cima está «La Torreta», la parte más antigua. Un poco más abajo, el recinto intermedio con estancias como el Salón Felipe II. Y en la base, la zona más reciente del siglo XVIII, el Revellín del Bon Repós.
Pero no todo es historia: las vistas desde arriba son de las que te dejan sin palabras. El Postiguet a tus pies, el puerto con sus barcos balanceándose, y la ciudad extendiéndose hacia las montañas del interior. Ideal para sacar la cámara o, simplemente, quedarse un rato en silencio disfrutando del momento.
Consejos prácticos para disfrutar del castillo sin sorpresas
Llévate agua y gorra si subes andando, que en verano el sol pega fuerte y hay pocas sombras en el camino. Si vas en coche, ten en cuenta que no siempre hay sitio para aparcar arriba, sobre todo en temporada alta.
Mira antes la agenda del castillo: a veces hay visitas teatralizadas, conciertos o exposiciones que merecen mucho la pena. Todo está actualizado en la web oficial del Ayuntamiento o de Turismo de Alicante, y también puedes consultar allí los horarios y precios del ascensor, que pueden cambiar según la época del año.
Y esto es solo el comienzo. Si empiezas por el castillo, entenderás de un vistazo cómo se estructura Alicante y por qué engancha tanto. ¿A qué ya te imaginas ahí arriba con la brisa en la cara y el Mediterráneo brillando a lo lejos?
Barrio de Santa Cruz: un laberinto de color y tradición

Justo en la falda del castillo, empieza la magia de verdad. El Barrio de Santa Cruz es un lío de callejuelas estrechas, casitas blancas repletas de geranios y buganvillas, y escalones pintados de colores. ¿La sensación? Es como si de repente te hubieras colado en un pueblo andaluz.
Históricamente, este es uno de los barrios más antiguos de la ciudad. Nació pegado a la muralla medieval, como un arrabal que buscaba la protección de la fortaleza. Sus primeros habitantes eran las familias que trabajaban para la guarnición del castillo.
Ojo, un aviso importante:
Ven con calzado cómodo, porque aquí las cuestas son el gimnasio de los alicantinos. Lo mejor que puedes hacer es perderte sin mapa. En serio, cada rincón es una foto increíble y cada esquina te regala una nueva vista del mar.
Concatedral de San Nicolás de Bari: joya del barroco alicantino
En pleno corazón del casco antiguo, se levanta majestuosa la concatedral de San Nicolás. Aunque su fachada es sobria y discreta, su interior te atrapa con una riqueza barroca que sorprende.
Construida entre 1616 y 1662 sobre una antigua mezquita, esta joya arquitectónica mezcla estilos: el exterior es renacentista y el interior, un festival de curvas, dorados y devoción barroca. La cúpula azul, que se alza hasta los 45 metros, se ve desde distintos puntos del centro y actúa como brújula visual si te pierdes por El Barrio.
No dejes de entrar a la capilla de la Comunión, considerada una de las más bellas del barroco español. Y si necesitas un respiro del bullicio, su claustro gótico, con arcos apuntados y luz tamizada, es un remanso de paz inesperado.
Basílica de Santa María, la iglesia que nació del mar

A pocos pasos, encontrarás un tesoro de historia viva: la Basílica de Santa María. Este templo tiene el honor de ser la iglesia más antigua de Alicante. Como era costumbre tras la Reconquista, se levantó entre los siglos XIV y XVI sobre las ruinas de la mezquita mayor de la ciudad, simbolizando el nuevo poder cristiano.
Es un edificio fascinante porque en él puedes ver el paso del tiempo. Su interior es de estilo gótico valenciano, con una única y altísima nave que te hará sentir pequeño. Sin embargo, su fachada es espectacularmente barroca, añadida posteriormente y llena de detalles asombrosos. Un dato curioso es que gran parte de su construcción fue financiada por los gremios de comerciantes y marineros, lo que demuestra la profunda conexión de este templo con el pasado portuario de Alicante. Fíjate en las dos torres asimétricas, una de las señas de identidad del skyline más antiguo de la ciudad.
La brisa del mar: la fachada marítima de Alicante
Ahora toca dejar la historia de piedra para que nos dé el aire. La vida en Alicante gira en torno al mar, y su frente marítimo es donde todo pasa: los paseos, las charlas y los helados.
Explanada de España: el paseo marítimo más emblemático

Este es, sin duda, el paseo más bonito de Alicante y el corazón social de la ciudad. La Explanada de España es como una alfombra ondulada hecha con más de seis millones de pequeños trocitos de mármol que dibujan las olas del mar. Un dato curioso es que el mármol rojo tan característico proviene de Novelda, un pueblo cercano, dándole un toque 100% alicantino.
Para vivirlo como uno de aquí: la Explanada es el sitio perfecto para el «tardeo». Cómprate un buen helado artesano y simplemente pasea, sin prisa, viendo a la gente pasar.
Playa del Postiguet: un oasis urbano junto al Mediterráneo

¿Te imaginas una playa de arena fina a cinco minutos del centro? Pues deja de imaginar, porque eso es el Postiguet. Es la playa de la ciudad por excelencia. Su nombre tiene historia: viene de «postigo», una pequeña puerta que había en la antigua muralla medieval y que daba acceso directo a la playa desde la ciudad.
Un pequeño truco: en verano se llena bastante, pero si andas hasta el final, en dirección a la Playa de San Juan, siempre encontrarás un hueco más tranquilo para poner la toalla.
El puerto de Alicante: yates, ocio y The Ocean Race

Pegado a la Explanada, el Puerto Deportivo es otra zona que tienes que visitar sí o sí. Ha sido el motor económico de la ciudad durante siglos, desde donde se exportaba vino, aceite y sal. Aunque el puerto romano original no estaba aquí, sino en la zona de la Albufereta, este ha sido el enclave principal desde la Edad Media.
Hoy es un gustazo pasear entre los yates, con el castillo siempre vigilando desde arriba. Desde aquí también salen los barcos a la Isla de Tabarca y puedes visitar el Museo The Ocean Race.
El latido de la ciudad moderna
Dejamos la primera línea de mar para adentrarnos en el corazón comercial y festivo de Alicante, donde la vida moderna vibra con fuerza.
Plaza de Luceros: corazón de la vida alicantina y sus fiestas

Si la Explanada es el alma social, la Plaza de los Luceros es el corazón que bombea vida al resto de la ciudad. No es solo una rotonda, es el punto de encuentro por excelencia de los alicantinos y el epicentro de nuestra fiesta más grande: las Hogueras de San Juan.
En el centro se alza una fuente monumental espectacular, obra del escultor alicantino Daniel Bañuls en 1930. Fíjate en sus detalles: los cuatro imponentes caballos, las figuras que representan las estrellas (luceros) y las alegorías de las artes y ciencias de la provincia. Un dato curioso es que antes de llamarse así, tuvo otros nombres como Plaza de la Independencia o Plaza de Cataluña.
Si tienes la suerte de venir en junio, durante las Hogueras, vivirás su momento de máximo esplendor. Aquí es donde cada mediodía, del 19 al 24 de junio, se disparan las famosas «mascletàs». El suelo tiembla, el olor a pólvora lo inunda todo y el estruendo es ensordecedor y emocionante. Para nosotros, no hay Hogueras sin una mascletà en Luceros.
La "calle de las setas": un toque de fantasía
La calle San Francisco es, probablemente, la más famosa de Alicante en Instagram. Y no me extraña. Conocida como la «Calle de las Setas», se decoró así como parte de un plan de revitalización urbana para atraer gente a la zona comercial. ¡Y vaya si funcionó! Es un sitio súper curioso, perfecto para ir con niños o para sacarte una foto divertida.
Calle Castaños: el epicentro del tardeo alicantino
Si preguntas a cualquier alicantino dónde empezar a tomar algo, el 99% te dirá lo mismo: en la Calle Castaños. Esta animada calle peatonal, que discurre paralela a la Rambla y a un paso del Teatro Principal, es el corazón del famoso «tardeo» y el punto de partida de la noche en la ciudad.
Resulta increíble pensar que, como describen las crónicas antiguas, por donde hoy paseamos entre terrazas y risas, antes discurría un barranco conocido como el de Canicia. La calle debe su nombre a una influyente familia del siglo XIX y su desarrollo siempre ha estado ligado al ocio, gracias a su proximidad con el majestuoso
Teatro Principal, inaugurado en 1847.
Para mí, Castaños es el termómetro social de Alicante. Por la tarde, sus terrazas se llenan para el aperitivo o las primeras copas. Por la noche, el ambiente se transforma y la calle bulle de gente moviéndose de un bar a otro. Es el lugar perfecto para ver y dejarse ver, y tienes decenas de opciones para cenar o tomar una copa. Ojo, los fines de semana se pone hasta arriba, ¡así que ve con ganas de marcha!
Museos imprescindibles para un día de cultura
Si te apetece un plan más tranquilo, Alicante tiene museos muy top:
MARQ (Museo Arqueológico): Está en el antiguo Hospital Provincial de San Juan de Dios. Olvídate de los museos aburridos; el MARQ es una pasada, súper interactivo, y te cuenta la historia de la provincia de una forma que engancha.
MUBAG (Museo de Bellas Artes): Ubicado en el Palacio Gravina del siglo XVIII, se centra en el arte alicantino.
MACA (Museo de Arte Contemporáneo): Ocupa la Casa de la Asegurada, uno de los edificios civiles más antiguos de Alicante, del siglo XVII.
Si solo puedes ir a uno, para mí la elección es clara: el MARQ. Te cambiará la idea que tienes de los museos.
Saborea Alicante: arroces con alma y mar en cada bocado
Si hay algo que enamora en Alicante, tanto como su mar, es su cocina. Y si hablamos de su plato estrella, el arroz se lleva todos los aplausos.
Olvídate de la típica paella valenciana. Aquí el arroz se transforma en mil versiones que reflejan la riqueza de la tierra y el mar alicantino. Uno de mis favoritos es el arroz a banda, cocinado con un potente caldo de pescado y servido con alioli. Para los más cómodos, el arroz del senyoret ya viene con todo pelado. Y si te gusta el sabor intenso, el arroz negro con su tinta de calamar te va a conquistar. También hay joyas del interior como el arroz con conejo y caracoles, con ese toque ahumado a leña que lo hace único.
¿Dónde probarlos? Hay arrocerías de confianza en casi todos los barrios, pero si quieres ir a lo seguro, las del centro, el puerto o la playa de San Juan no suelen fallar. Eso sí, busca siempre las que recomienden los propios alicantinos, ahí está el truco.
Mercado Central: el templo de la gastronomía alicantina
Entrar en el Mercado Central es una fiesta para los sentidos. Es un edificio modernista precioso con una cúpula semiesférica, pero lo mejor está dentro. Un dato curioso es que se construyó sobre la muralla del siglo XVIII que protegía la ciudad, así que, literalmente, estás comprando sobre historia.
Pero por favor, no te limites a mirar. La experiencia total es hacer como nosotros: pedir un «esmorzaret» (el almuerzo de media mañana, que aquí es sagrado) en un bar del mercado. Una caña y una buena tapa de la tierra, y ya eres un alicantino más.
Más allá del centro: otras joyas que descubrir
Si tienes algo más de tiempo, Alicante tiene tesoros a solo un corto trayecto en tranvía o barco que son absolutamente imprescindibles para entender la ciudad por completo.
Tossal de Manises: un viaje a la Lucentum romana
Si te apasiona la historia, esta visita es, sencillamente, obligatoria. En un pequeño cerro en el barrio de La Albufereta se encuentran las ruinas del Tossal de Manises, nada menos que la ciudad romana de Lucentum, el origen directo de Alicante.
Lo que ves hoy es un auténtico parque arqueológico al aire libre. Fue un importante poblado íbero antes de convertirse en un próspero
municipium romano con sus murallas, termas, foro y casas. Para mí, es alucinante poder caminar por su cardo y su decumano (las calles principales) e imaginar cómo era la vida aquí hace 2.000 años, con el mar a sus pies.
el puerto romano no estaba donde está el actual, sino justo en la ensenada de la Albufereta, a los pies del Tossal. La ciudad fue abandonada allá por el siglo III d.C. y sus habitantes, con el tiempo, se trasladaron al núcleo que hoy conocemos como el casco antiguo. ¿Y el nombre de «Tossal de Manises»? Se cree que viene de la palabra valenciana «manises», que se usaba para la cerámica, por la enorme cantidad de restos que siempre se han encontrado en la zona.
Un consejo: es una visita ideal para hacer por la mañana. Puedes llegar fácilmente con el TRAM (líneas L1, L3 y L4) y luego dar un paseo por la zona.
Playa de san Juan: kilómetros de arena dorada
Para muchos, entre los que me incluyo, es una de las mejores playas de España. Históricamente, esta zona era un gran arenal casi desierto. Su boom llegó con el turismo en el siglo XX, conectándose a la ciudad gracias al antiguo «trenet», hoy reconvertido en el moderno TRAM.
Isla de Tabarca: mar, historia… y caldero

Frente a la costa, se encuentra Tabarca, la única isla habitada de la Comunidad Valenciana. Su historia es de película: fue refugio de piratas berberiscos hasta que el rey Carlos III decidió fortificarla en el siglo XVIII. Para poblarla, trajo a 69 familias de pescadores de origen genovés que estaban cautivos en la ciudad tunecina de Tabarka. De ahí viene su nombre.
Es el plan perfecto para pasar el día. Puedes hacer snorkel en sus aguas cristalinas, que son una maravilla, y probar su famoso caldero tabarquino. ¡No te vayas de Alicante sin hacerlo!
Tapeo y otras delicias alicantinas
La cocina alicantina no termina en los arroces. Hay todo un mundo de sabores esperando en cada esquina.
Una parada imprescindible es el Mercado Central. Es un festival de colores, aromas y producto fresco. Me encanta pasar por allí por la mañana, picar algo en sus bares y ver a la gente haciendo la compra del día como si fuera un ritual.
¿Te animas con algo más tradicional? Prueba las salazones: mojama, hueva, melva… Acompañadas de unas almendras fritas, saben a Mediterráneo puro. Y de postre, nada mejor que un turrón artesano (de Jijona o de Alicante) o un helado con sabor a infancia.
Para brindar, los vinos D.O. Alicante no fallan. El fondillón es una joya que merece la pena probar, con ese sabor profundo que marida tanto con dulce como con una buena conversación.
Planifica tu visita a Alicante: información práctica y consejos útiles
Para que tu experiencia al descubrir los atractivos de Alicante sea perfecta y sin contratiempos, es fundamental contar con información práctica actualizada que te ayude a organizar tu viaje de manera eficiente.
Cómo llegar y moverse por Alicante
Alicante está muy bien comunicada, facilitando el acceso desde múltiples puntos nacionales e internacionales.
- Acceso a la ciudad: Aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández (ALC): Situado a unos 9 km al suroeste de la ciudad, en el término municipal de Elche, es uno de los aeropuertos con mayor tráfico de España y cuenta con numerosas conexiones internacionales. Para muchos viajeros, la forma más cómoda y económica de llegar al centro es mediante el autobús urbano de la línea C-6 (operado por Vectalia)*, que tiene paradas en puntos clave como la estación de tren (ADIF), la estación de autobuses y la plaza de Luceros. Tren: La estación de Adif Alicante-Terminal* recibe trenes de Alta Velocidad (AVE, Avlo, Ouigo, Iryo) desde Madrid y otras ciudades importantes, así como trenes de Larga Distancia y Cercanías (Renfe) que conectan con localidades de la provincia y la región. Carretera: Las principales vías de acceso son la autovía A-70 (circunvalación de Alicante, que enlaza con la AP-7 Autopista del Mediterráneo) y la A-31* (que conecta con Madrid y el interior de la península).
- Transporte dentro de la ciudad: A pie: El centro histórico y turístico de Alicante es relativamente compacto y muchas de las principales atracciones, como la Explanada, el barrio de Santa Cruz, el Puerto o la playa del Postiguet, son fácilmente accesibles caminando*, lo cual recomendamos para apreciar mejor los detalles de la ciudad. Autobús urbano (TAM – Transporte Alicante Metropolitano)*: La red de autobuses urbanos, gestionada por Vectalia, es extensa y conecta eficazmente todas las zonas de la ciudad y algunas áreas metropolitanas. TRAM Metropolitano de Alicante (tranvía y tren-TRAM): Es una excelente y moderna opción para moverse por la ciudad y, especialmente, para llegar a playas más alejadas y extensas como la playa de San Juan, o a localidades costeras cercanas de gran interés turístico* como El Campello, Villajoyosa, Benidorm o Altea. Recomendamos consultar los planos y horarios en la web oficial del TRAM.
Mejor época para visitar Alicante
Alicante goza de un clima mediterráneo privilegiado, con más de 300 días de sol al año, pero cada estación ofrece matices distintos para el visitante.
- Primavera (abril-mayo) y otoño (septiembre-octubre): Son consideradas por muchos, y en nuestra experiencia también, las mejores épocas. Las temperaturas son muy agradables (entre 18°C y 25°C) para pasear y hacer turismo, hay menos aglomeraciones que en pleno verano y los precios de alojamiento suelen ser más moderados.
- Verano (junio-agosto): Ideal si tu principal objetivo es disfrutar al máximo de la playa y el ambiente costero. Junio es especialmente animado por la celebración de las Hogueras de San Juan. Las temperaturas pueden ser elevadas (superando los 30°C) y es temporada alta, por lo que se recomienda reservar con antelación.
- Invierno (noviembre-marzo): El clima sigue siendo suave en comparación con muchas otras partes de Europa, con temperaturas diurnas que raramente bajan de los 10°C. Es perfecto para una escapada tranquila y económica, aunque los días son más cortos y algunas actividades pueden tener horarios reducidos.
Consejos para ahorrar en tu viaje a Alicante
Disfrutar de todo lo que hay que ver en Alicante no tiene por qué suponer un gran desembolso. Con una planificación inteligente, puedes optimizar tu presupuesto.
- Alojamiento: Reserva con la mayor antelación posible, especialmente si viajas en temporada alta (verano, Hogueras, Semana Santa). Considera opciones de alojamiento un poco fuera del centro neurálgico (ej. barrios como San Blas o Carolinas) pero bien comunicadas por transporte público.
- Comida: Busca los «menús del día» en restaurantes locales (especialmente al mediodía de lunes a viernes), suelen ofrecer una excelente relación calidad-precio incluyendo primero, segundo, postre y bebida. Tapear en mercados como el Mercado Central o en bares de barrio es otra forma económica y deliciosa de comer.
- Transporte: Si planeas usar el transporte público con frecuencia, infórmate sobre los bonos de transporte multiviaje (como el Bono Móbilis recargable para autobús y TRAM), que pueden suponer un ahorro considerable frente a los billetes sencillos.
- Actividades gratuitas: Alicante ofrece muchas opciones sin coste: pasear por la Explanada de España, relajarse en la playa del Postiguet, explorar el barrio de Santa Cruz (acceso libre), visitar parques urbanos como El Palmeral o el parque de la Ereta (con excelentes vistas), y disfrutar de las vistas desde el castillo de Santa Bárbara (la entrada al recinto del castillo es gratuita; solo se paga por el uso del ascensor si se opta por este medio de subida). Muchos museos ofrecen entrada gratuita en determinados días u horarios; conviene consultarlo.
Excursiones cercanas desde Alicante
La provincia de Alicante esconde verdaderas joyas paisajísticas y culturales a poca distancia de la capital, perfectamente accesibles para una excursión de un día. Las distancias y tiempos son aproximados y pueden variar.
- Guadalest: Oficialmente El Castell de Guadalest, está considerado uno de los pueblos más bonitos de España (forma parte de la asociación homónima). Su icónico castillo de San José encaramado en una roca y sus casas colgadas ofrecen vistas espectaculares al embalse de color esmeralda. Alberga también curiosos museos.
- Altea: Un encantador pueblo mediterráneo de casas blancas y calles empedradas que ascienden hasta la plaza de la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, famosa por sus cúpulas de teja cerámica azul y blanca, un icono de la Costa Blanca. Su ambiente bohemio y sus miradores son un gran atractivo.
- Elche (Elx): Conocida mundialmente por su impresionante Palmeral Histórico, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (el palmeral más grande de Europa), y por el Misteri d’Elx, un drama sacro-lírico medieval cantado íntegramente en valenciano, reconocido también por la UNESCO como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
Preguntas frecuentes (FAQs) sobre qué ver en Alicante
Hemos recopilado algunas de las preguntas más habituales que suelen surgir al planificar un viaje a Alicante, con respuestas basadas en nuestra experiencia y conocimiento del destino.
¿Cuántos días se necesitan para ver Alicante?
Para ver lo más importante sin agobios, yo diría que dos días completos están genial. Si quieres añadir la excursión a Tabarca o un día de relax en San Juan, mejor quédate tres.
¿Cuál es la mejor época para visitar Alicante?
¿Es fácil moverse por Alicante sin coche?
Facilísimo. El centro te lo haces andando sin problema. Y para ir más lejos, como a la Playa de San Juan, el tranvía (TRAM) funciona de maravilla.
¿Qué playas son las mejores en Alicante y alrededores?
En la propia ciudad, la playa del Postiguet es la más céntrica y accesible. Para playas más extensas, con una amplia oferta de servicios y un ambiente animado, la playa de San Juan (accesible cómodamente en TRAM) es una excelente opción, reconocida por su calidad. En los alrededores, la playa de Muchavista (en El Campello, continuación de San Juan) o las calas más íntimas y rocosas del Cabo de las Huertas* (ideales para snorkel y tranquilidad, aunque con acceso a veces más complejo) son muy recomendables.
¿Qué se puede hacer en Alicante con niños?
Alicante es un destino muy disfrutable para familias. Además de gozar de las playas (Postiguet y San Juan son ideales por sus aguas tranquilas y servicios), los niños pueden divertirse explorando el castillo de Santa Bárbara (¡subir en ascensor es una aventura!), paseando en barco a la isla de Tabarca (con sus historias de piratas), visitando el MARQ (muy didáctico e interactivo) o The Ocean Race Museum. El parque El Palmeral, con sus cascadas, lagos y barcas, también es una excelente opción para una tarde lúdica.
¿Cuál es el plato típico que no me puedo perder en Alicante además del arroz?
Además de la imprescindible y gran variedad de arroces, si visitas la isla de Tabarca, no te puedes perder el auténtico «caldero tabarquino». En la ciudad, te recomendamos probar las salazones de pescado (mojama, hueva, tonyina de sorra), la «coca amb tonyina» (una especie de empanada de atún, cebolla y piñones, muy típica durante las Hogueras), el contundente «esmorzaret alacantí» (almuerzo tradicional) o, por supuesto, los turrones artesanos y helados locales*.
¿Es fácil aparcar en el centro de Alicante?
Aparcar en la vía pública en el centro de Alicante puede resultar complicado y es mayoritariamente de pago (zona azul ORA, con tiempo limitado). Desde nuestra experiencia, la mejor opción si te desplazas en coche es utilizar alguno de los numerosos aparcamientos subterráneos de pago* que hay repartidos por el centro, o bien optar por alojamientos que ofrezcan plaza de garaje. Para moverse por el centro, lo más recomendable es caminar o usar el transporte público.
Alicante es mucho más que una ciudad de paso. Es historia viva, es sabor a sal, es el color de un barrio colgado del cielo. Es una ciudad para caminarla, sentirla y, sobre todo, para disfrutarla. Espero que esta guía te ayude a exprimirla al máximo. Y si vienes, ya verás por qué todos repetimos e incluso nos quedamos.

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