Si estás en Dénia y preguntas por una playa para ir con niños, que sea cómoda y donde no te falte de nada, es casi seguro que oirás un nombre: Les Bovetes. Y no es para menos. ¿Te imaginas un arenal gigante de arena fina, casi dorada, donde los peques pueden jugar a sus anchas? Pues eso es solo el principio.
Les Bovetes es una de esas playas que te lo ponen fácil. Tiene ese aire de paraíso mediterráneo, con sus aguas limpias y tranquilas, pero con la comodidad de tenerlo todo a mano. Por algo ondea en ella la famosa Bandera Azul, que ya te da una pista de que no es una playa cualquiera.
Pero más allá de sellos y certificados, lo que de verdad engancha de Les Bovetes es la sensación de pasar un día de playa de los de antes, sin complicaciones. En esta pequeña guía te voy a contar, como si fuéramos amigos, todos sus secretos para que la disfrutes al máximo. ¡Vamos allá!
La fama de Les Bovetes como la playa familiar por excelencia de Dénia se la ha ganado a pulso. Para mí, la clave está en que mezcla a la perfección dos cosas que los padres buscamos como locos: seguridad y espacio para no volvernos locos.
Lo primero que te va a enamorar es su arena. Es suavecita, dorada, ideal para que los críos hagan croquetas sin quejarse de las piedras. Pero donde de verdad te relajas es en la orilla.
El agua aquí es una maravilla. Cubre poquísimo y casi nunca hay olas, parece una piscina natural gigante. Hemos ido mil veces y es increíble ver cómo los más pequeños pueden chapotear y jugar tranquilos mientras tú los ves desde la toalla sin llevarte sustos.
¿Conoces esa sensación de agobio de las playas abarrotadas? Pues aquí, olvídate. Con casi dos kilómetros de largo y una anchura que en algunas zonas llega a los 80 metros, en Les Bovetes siempre se respira.
Incluso en pleno agosto, que no te voy a engañar, hay gente, siempre encuentras tu hueco para plantar la sombrilla cómodamente. Y lo mejor es que los niños tienen un campo de fútbol infinito para correr, jugar a las palas o intentar volar esa cometa que nunca conseguimos levantar. Es una playa que da libertad.
Una cosa que yo valoro mucho es la comodidad, y en Les Bovetes se lo toman en serio. Han pensado en todo para que puedas pasar el día entero sin que te falte de nada.
Para que no eches nada en falta, la playa está súper bien equipada:
Baños y lavapiés: Hay aseos públicos en sitios clave, como al lado del puesto de socorro, y duchas para los pies en los accesos. ¡Adiós a meter kilos de arena en el coche!
Hamacas, sombrillas y un chiringuito: Si eres de los míos y te da pereza cargar con todo, puedes alquilar tumbonas y sombrillas. Y, por supuesto, no falta el chiringuito, que para mí es el alma de la playa. Un refresco, un helado o incluso comer algo con los pies en la arena… ¡eso es vida!
Aquí te puedes relajar de verdad. Durante todo el verano, hay un equipo de socorristas de Cruz Roja que no quita ojo del agua. Tienen su puesto principal en la calle Pasarell y varias sillas y una torre de vigilancia repartidas por la playa. Da mucha tranquilidad saber que están ahí.
Si sois de los que no paráis quietos, en Les Bovetes tenéis plan:
Hay redes de vóley-playa para echar un partido.
También puedes alquilar un patín o un kayak y dar una vuelta por el mar.
Y para los peques, hay un parque infantil con una pirámide de cuerdas para escalar que les vuelve locos.
Esto es algo que me parece súper importante y que diferencia a Les Bovetes. Su compromiso con la accesibilidad es real. Aquí nadie se queda sin disfrutar del mar.
En julio y agosto, montan un punto de baño asistido genial. Hay personal que ayuda a la gente con problemas de movilidad a llegar al agua y a bañarse de forma segura. Tienen sillas especiales que flotan y se mueven por la arena (sillas anfibias) y hasta muletas adaptadas. Es una pasada verlo en funcionamiento.
Para que te atiendan de maravilla y sin esperas, lo mejor es llamar y pedir cita con antelación. El teléfono es el +34 670 79 09 39. Es un detallazo que marca la diferencia.
Ver la Bandera Azul ondeando en Les Bovetes es como una estrella Michelin para las playas. Te asegura que estás en un sitio de primera.
Pues, en resumen, que la playa cumple con nota en todo:
El agua está limpísima y la analizan constantemente.
La seguridad y los servicios son excelentes.
Se cuida el medio ambiente y se protege el entorno.
Te informan sobre cómo ayudar a conservar este paraíso.
Además, tiene certificados de calidad y medio ambiente (ISO 9001 y 14001), que es como decir que se toman muy, muy en serio que tu experiencia sea la mejor posible.
Vale, ya te he convencido. Ahora, los detalles prácticos para que tu visita sea perfecta.
Llegar es fácil: está en la Carretera de Les Marines, a unos 5 km de Dénia. El tema del aparcamiento en verano es la batalla de siempre. No hay un parking grande, así que toca buscar sitio por las calles de alrededor. Mi consejo de oro: madruga un poco. Si llegas antes de las 10:30, sueles encontrar hueco sin problemas.
Lo bueno de Les Bovetes es que no estás en medio de la nada. Justo detrás está la zona comercial de Les Fonts, llena de restaurantes, heladerías y tiendas. Es perfecto para ir a comer después de la playa o para dar un paseo al atardecer.
Y si te gusta caminar, estás de suerte. Puedes darte un paseo larguísimo por la orilla y llegar hasta la playa de Els Molins, más tranquila, o seguir hacia el sur en dirección al puerto de Dénia.
En julio y agosto sí, es una playa popular. Pero como es tan grande, siempre encuentras tu espacio vital. No es de las que agobian.
No, en temporada de baño no está permitido el acceso a perros.
¡Muchísimos! Tienes el chiringuito en la arena y un montón de bares y restaurantes para todos los gustos en la zona de Les Fonts.
Pues sinceramente, no mucho. Al ser toda de arena, no hay rocas ni mucha vida marina que ver. Es una playa para bañarse, jugar y relajarse. Para el snorkel, mejor vete a Les Rotes.
Ahora que ya lo sabes todo, solo te queda una cosa: venir y comprobarlo por ti mismo. La playa de Les Bovetes te espera con los brazos abiertos. Y cuando necesites inspiración para tu próxima escapada, no te olvides de volver por aquí para descubrir más rincones mágicos de Alicante. ¡La aventura no ha hecho más que empezar!