Playa de la Solsida, la cala salvaje de altea donde querrás que se pare el tiempo

¿Harto de pelear por un trozo de arena en la orilla? ¿De esas playas donde la música del vecino se mezcla con el griterío y el sonido de las palas? Tranquilo, a todos nos pasa. A veces el cuerpo pide otra cosa: un lugar donde el único sonido sea el de las olas contra las piedras. Si estás en ese punto, deja de buscar. La cala de la Solsida es ese secreto que Altea guarda para ti.

Esto no es una playa más, es casi una declaración de intenciones. Un refugio natural, con un ambiente súper tranquilo y respetuoso, para los que buscan conectar de verdad con el Mediterráneo. En esta guía te lo voy a contar todo, como si te llevara de la mano un amigo de aquí: cómo es de verdad, el truco para llegar sin perderte y qué tienes que meter en la mochila para que tu única misión sea gozarlo.

Playa de la Solsida

Pero, ¿cómo es la cala de la solsida en realidad?

Lo primero es ser claros: La Solsida juega en otra liga. Aquí la naturaleza no pide permiso, y eso es lo que la hace tan increíblemente especial.

Playa del postiguet Alicante

Aquí no hay arena, hay un tesoro de cantos rodados

Si eres del equipo «arena fina», esta no es tu playa. La orilla de la Solsida es un manto de cantos rodados, de esas piedras grises y suaves que el mar lleva puliendo siglos. El paisaje es totalmente salvaje, rústico, a años luz de las playas de postal.

Ojo, caminar por aquí es un masaje para los pies, pero para disfrutar de verdad, hazme caso y tráete unos escarpines. Te cambiarán la vida para moverte por la orilla y, sobre todo, para entrar al agua como un rey, sin hacer equilibrios raros.

Un acuario natural para flipar con el snorkel

Si te gusta cotillear qué hay bajo el agua, vas a alucinar. Las aguas de aquí son de una transparencia brutal. Como además cubre muy poco, es un sitio perfecto y seguro para pasar horas haciendo snorkel.

¿Y qué vas a ver? Pues gracias a las praderas de posidonia que hay por toda la cala, que son como el bosque del mar, esto está lleno de vida. Prepárate para nadar rodeado de pececillos. Y si te animas, justo enfrente tienes L'Illot, un islote al que puedes llegar a nado y que es una pasada para bucear un poco más en serio.

Un rincón nudista donde reina la paz

La Solsida es conocida como la playa naturista de Altea. Esto se traduce en un ambiente de libertad, buen rollo y, sobre todo, muchísimo respeto. Aquí nadie te mira, cada uno va a su aire: a leer, a echar una siesta, a nadar… a desconectar en mayúsculas. Para mí, es un auténtico santuario para escapar del jaleo, incluso en pleno agosto.

Cómo llegar a la playa de la solsida (el truco)

Que no te asusten si te dicen que el acceso es «difícil». Es más bien «para iniciados». Solo hay que saber el punto de partida.

Tu GPS debe marcar: puerto deportivo porto senso

La clave para no dar vueltas es poner en el mapa el puerto deportivo Porto Senso (muchos lo conocen como Puerto Mar y Montaña). Está justo antes de los túneles del Mascarat si vienes por la N-332 desde Altea. Al llegar, verás una zona de aparcamiento bastante grande donde casi siempre hay sitio. ¡Primer misterio resuelto!

Un paseíto con vistas y una gran recompensa

Una vez dejes el coche, empieza lo bueno. El camino a la cala empieza en el mismo puerto y va pegado a la costa. Es un sendero corto, pero de terreno rocoso. Por eso te decía antes lo del calzado, no es un camino para chanclas de playa. Pero el paseo es precioso y, cuando llegas y ves la cala, entiendes que ha merecido la pena.

Guía de supervivencia para un día diez en la solsida

Planificar es ganar. Como esta cala es virgen de verdad, tienes que venir preparado para ser autosuficiente.

Cero servicios, cien por cien autenticidad

Esto es importantísimo: en la Solsida no hay NADA. Ni chiringuitos, ni socorristas, ni duchas, ni baños. Y esa es su bendición. Es lo que la mantiene auténtica y a salvo de las masas. Aquí vienes a disfrutar del mar, sin filtros.

Checklist para tu mochila de explorador

  • Escarpines: Te lo he dicho ya tres veces. Hazme caso.

  • Gafas y tubo de snorkel: No te los olvides, de verdad. El fondo marino es una pasada.

  • Sombrilla: Imprescindible. Aquí la sombra te la tienes que traer de casa.

  • Agua y comida: ¡Fundamental! Llévate picoteo y bebida de sobra.

  • Protección solar: La brisa engaña, pero el sol de aquí pega fuerte.

¿Y si quiero ir con mi perro?

Aunque no es una playa canina oficial, es un secreto a voces que es un sitio súper amigable para los perros. Al estar tan apartada, mucha gente va con sus mascotas. Eso sí, usa el sentido común: que tu perro no moleste y, por supuesto, recoge siempre sus cosas para que este paraíso siga siéndolo.

Preguntas que seguro te estás haciendo

¿Tengo que hacer nudismo sí o sí?

Para nada. Aunque sea una playa nudista y la mayoría lo practique, es un lugar de total libertad. Si prefieres estar en bañador, nadie te dirá nada. El respeto es la única norma no escrita.

Normalmente, es una balsa de aceite, por eso es tan buena para el snorkel. Pero los días de viento, como en todo el Mediterráneo, puede levantarse oleaje. Como no hay socorrista, la prudencia es tu mejor amiga.

Si te soy sincero, no mucho. El camino y las piedras de la orilla no son lo más cómodo para los más pequeños. Hay otras playas en Altea mucho más prácticas para ir en familia.

Para evitar las multitudes, los meses de junio y septiembre son ideales. En cuanto a la hora del día, las mañanas son perfectas para disfrutar del mar en calma y con total tranquilidad. Si buscas una luz más especial, no te pierdas el atardecer sobre las rocas.

La Solsida no es para cualquiera, y eso es lo que la hace única. Pero si buscas un rincón salvaje, un baño en aguas que parecen un acuario y un lugar para que el mundo se pare por un rato, te aseguro que acabas de encontrar tu próximo escondite favorito en Altea. Si vas, ya me contarás.